martes, 12 de enero de 2010

CAMERONE 30 DE ABRIL 1863


En el año 1863, y como respuesta a la suspensión de pagos de la República de México, varias potencias europeas, entre ellas Inglaterra, Francia y España, enviaron una fuerza naval de ocupación que desembarcó en el puerto de Veracruz. Satisfechas parcialmente las exigencias europeas, España e Inglaterra abandonaron el país.

Sin embargo Napoleón III, aprovechando la coyuntura internacional -Guerra de Secesión Norteamericana- que impedía la aplicación de la “doctrina Monroe”, mantuvo su presencia en México con el apoyo interno del partido conservador mexicano y nombró al Archiduque Maximiliano de Austria como Emperador de México. Maximiliano llegó a tierras americanas en 1864 encontrando la oposición del Partido Republicano de México encabezado por Benito Juárez y el apoyo de varias unidades de voluntarios de otros países trasatlánticos como Turquía, Austria, Alemania, etc.

Finalizada la Guerra de Secesión, las presiones estadounidenses y los éxitos de los republicanos obligaron a Napoleón III a ordenar el reembarco, de modo que, cuando las tropas francesas se retiraron en 1867, el ejército imperial resultó derrotado definitivamente por los patriotas mexicanos, que hicieron prisionero al Emperador pasándolo por las armas en Querétaro.

Durante la lucha entre las tropas francesas y las mexicanas acaeció la batalla en la hacienda de Camerone, uno de los sucesos más destacados y heroicos de la independencia americana: el 30 de abril de 1863, 65 miembros de la Legión Extranjera Francesa resistieron durante 10 horas el ataque de miles de soldados regulares mexicanos. La acción de los legionarios fue tal que, al rendirse, a los supervivientes se les permitió conservar sus armas, pasando a representar el hecho un ejemplo de valor, resistencia y heroísmo para los ejércitos mexicano y francés.